Hay un punto de estrangulamiento en el proceso de automatizar los centros de datos virtualizados. Desde luego que es rápido y fácil poner en funcionamiento una máquina virtual  y una vez funcionando, reasignar la memoria, el CPU y el almacenamiento desde una consola de administración. Pero cuando se trata de asignar y reasignar ancho de banda de red, ahí es donde empiezan los problemas. Las redes pueden ser virtualizadas, pero la mayoría no lo están. La infraestructura de las redes deriva de conceptos de diseño de hardware que son anteriores al concepto de virtualización. Incluso la red de área local (LAN) ‘virtual’ tiene que ser definida con respecto al hardware, cuando es preciso instalarle software. En muchos casos, los switches, ruteadores y controladores dependen de los algoritmos de árbol en expansión que vienen insertos. El árbol de expansión, es una determinación aritmética de la senda más eficiente, que debe seguir un mensaje en determinada red y resulta en una jerarquía de dispositivos. Una vez implementado el mapeado, no se puede hacer mucho más. El árbol de expansión queda construido y cada dispositivo conoce su lugar en el mapa. Esto deja que la red calcificada en su luga, quede inflexible ante demandas momentáneas y renuente a aceptar asignación alguna de características diferentes. Cuando las dormidas máquinas virtuales cobran vida o alcanzan picos de operación durante la jornada laboral, sería magnífico poder asignar y reasignar sus recursos de red dependiendo de dónde se encuentra el tráfico. Respecto a esto, cuando una nueva máquina virtual se activa en tres minutos sería estupendo lograr su asignación en la red al mismo tiempo en lugar de tener que esperar tres días para que un ingeniero de redes ajuste los servicios de redes de dicha máquina. ¿Por qué las políticas automatizadas no se pueden aplicar a las redes de máquinas virtuales, como los de CPU, las memorias y  el almacenamiento? Esas políticas se encuentran ya asentadas y listas para ser implementadas en el momento de la creación de una máquina virtual. ¿Por qué la red no entra en esto? La razón estriba en que todavía hay barreras para tratar las redes como programables o como un recurso definido por el software. La fase de virtualización que ha pasado por el centro de datos todavía se pierde de los conceptos de redes que se imaginan como dispositivos cableados. Lo que se requiere es liberar la red del hardware subyacente. Debería ser una entidad más maleable que se pudiera conformar y reconformar según se requiriese. Parte del propósito de elevar la definición de red como algo que está por encima del hardware es escapar a las limitaciones del algoritmo del árbol de expansión, tan útil en sus tiempos, ahora pasado de moda gracias a la virtualización. Escapar del árbol de expansión se puede lograr si el fabricante de redes ofrece gestión de la virtualización por encima de los dispositivos de hardware, pero entonces se tiene que usar exclusivamente el equipo de ese fabricante. La mayoría de las redes empresariales son una combinación, lo que vuelve más difícil implementar la virtualización. Así que lo que realmente se necesita es una separación entre el plano de control del switcheo –que en este momento es dominio del algoritmo del árbol de expansión– y su nexo directo con el hardware. Permitiendo que un nuevo conjunto de políticas o algoritmos flexibles corran el hardware es posible adaptar la red al mundo de la virtualización. Fuente:
http://www.informationweek.com.mx/networking/urge-adaptar-la-red-al-mundo-de-la-virtualizacion/