Hoy en día, las empresas son reconocidas como buenas o malas por su reputación o su imagen corporativa, en la era digital, dicha reputación puede forjarse, o destruirse, a la velocidad de un click. Las brechas de seguridad son un problema real, sobre todo cuando datos confidenciales pasan a manos ajenas, ocasionando no sólo un grave incidente de seguridad para la compañía sino también un fuerte golpe a su reputación. Desde hace 5 años aproximadamente, las organizaciones han experimentado un aumento en el volumen de fugas de información intencionales o no. En este escenario conceptos como reputación corporativa o riesgo reputacional han ido ganando relevancia en el ámbito empresarial propiciado por los ataques a grandes firmas unido al endurecimiento de las normativas. Las pérdidas, multas y costes derivados de los grandes ciberataques de los últimos años confirman el trastorno para las compañías. Firmas como LinkedIn, Yahoo!, Last.Fm, e incluso Apple también han sufrido brechas de seguridad, perdiendo parte de su reputación conseguida hasta ahora. Dejando un poco atrás a los ciberdelincuentes, algunas personas con acceso a información privilegiada han utilizado nuevos métodos para sacar conductas cuestionables a la luz pública mediante la difusión de datos confidenciales en sitios web como es el caso de WikiLeaks. El hecho de que la mala reputación, es sin duda, el mayor costo para una organización, nos dice que debemos poner más atención en los riesgos reputacionales se deben, abordar de una forma adecuada tales, con la conciencia de que proteger la reputación de una empresa es hacerla mejor. La fuga de información de una red corporativa puede ocurrir deliberadamente como resultado de una acción intencional de algún empleado, como consecuencia de un ciberataque, o inadvertidamente, por un colaborador desprevenido víctima de un software malicioso. Hoy en día es imprescindible para un profesional o para una empresa proteger sus datos ante un imprevisto como los que he citado, ya que solo son un ejemplo de miles de casos registrados hasta ahora. Controlar la información confidencial dentro de una organización es todo un reto, ya que deben considerarse las amenazas internas además de las externas. Si bien no se trata de una problemática nueva, su creciente difusión ha permitido a las empresas tomar mayor conciencia sobre el valor de su información y la importancia de la privacidad y confidencialidad de la misma. La fuga de información es un riesgo que debe ser considerado prioritario en el diseño de un esquema de seguridad de la información, teniendo en cuenta tanto los aspectos tecnológicos que involucra, como aquellos de gestión y educación para minimizar el mismo. Para más información visita redseguridad.com Realizado por Nataly Mejía Marketing